jueves, 10 de septiembre de 2009

Sobremesa

A mediados de octubre de 2008, pasado el mediodía, una sobremesa en Sarandí:

-HG: Julito, pasame los escarbadientes…

-JG (h): Acá tenés.

-HG: Gracias, Julito. Che viejo, ¿en serio lo vas a llamar a Bianchi?

-JG: No le pongas azúcar al mío. ¿Qué me decías Humbertito?

-HG: Si lo vas a llamar a Bianchi.

-JG: No me queda otra. Se me cayó el Coco, a los demás les falta mucho, se viene el mundial y la clasificación no está asegurada.

-HG: Te desconozco. Tres veces te plantó y te hizo quedar como un boludo. Tres veces!! Y qué mierda no va a estar la clasificación, las eliminatorias son un trámite con este formato.

-JG (h): Si viejo, me parece que Humbertito tiene razón.

-JG: Julito… Pasame una de esas masitas. Ahhh, que lindo día no?

-HG: Viejo, para mi le erramos de “pe” a “pa” con Bianchi.

-JG: Bueno, a ver, a quién pongo? A Simeone? A Russo? Pierden dos partidos y me piden la cabeza. Con Bianchi voy a tener más banca.

-JG (h): Viejo, con Humbertito estuvimos pensando…

-JG: Julito, me vas a alcanzar las masitas o no?

-HG: Lo pongamos a Diego.

-JG: Diego???

-HG: Si Diego. Mirá, te explico. Bianchi te forreó y Diego está en su mejor momento. Nos metemos a todo el mundo en la mano. Y con los pibes que tenemos, más la mística de Maradona y alguno que sumemos del 86, ya está!

-JG (h): Viejo, ya hablamos con Bilardo y se sumaría.

-JG: (…) Me gusta. Y a la vez me dejarían de romper las pelotas con Maradona. Pero no nos irá a clavar? Nos caemos todos en dominó.

-HG: Viejo, no pasa nada. Por eso lo sumamos a Bilardo. Además, sabemos que al Coco los pendejos no lo querían. En cambio a Diego lo adoran, con sólo verlo se les ilumina la cara.

-JG: Y cómo hago con el Comité Ejecutivo? No todos van a querer.

-HG: Y desde cuando vos le consultás al Comité Ejecutivo? No lo pienses más, llamalo ya a Diego. No te mueven más de la AFA, viejo. Llamalo.


NdR: A buen entendedor, pocas palabras.

martes, 1 de septiembre de 2009

Destrucción, su mejor legado

Desde hace bastante tiempo, más de tres años, que me cuesta encontrar virtudes en Kirchner. Su prepotencia y, sobretodo, su omnipotencia antidemocrática hacen que se aplaquen sus virtudes.

Sin embargo, en el ex presidente en funciones (by Jorge Lanata) encuentro una gran virtud que creo será su mayor legado. Su capacidad destructiva. No se puede negar que Kirchner tuvo y tiene coraje para enfrentar a sus oponentes. Lo hace con devoción, con desprecio y no tiene reparos en castigarlos hasta destruirlos.

Sucede que algunos de los enemigos de Néstor fueron o son parásitos en la vida de todos los argentinos. Esos males nacionales con mucho poder son también responsables de mucho de lo que nos pasó y pasa.

El avance de Kirchner sobre la Corte menemista y la decisión de reflotar los juicios a los represores fueron sus primeras sorpresas y con ellas logró la simpatía de grupos extrapartidarios (piqueteros, Madres, Abuelas, grupos de izquierda).

Luego, hizo uso y abuso de esas simpatías, de ese poder y hoy vemos que su capacidad para construir es acotada. Construye para los suyos (en un sentido bien restrictivo: para él y algunos más).

Pero aceptando que no tiene capacidad para construir, refloto la idea: su mejor legado será la destrucción. El avance sobre las AFJP, para que vuelvan al Estado no fue malo. Lo negativo es que haya un Congreso sin voz que lo haya aprobado sin resguardar los fondos de las jubilaciones y dejaran que el gobierno pudiera utilizarlos, por ejemplo, en obra pública. Igualmente, que se los saquen a los empresarios que fundieron el sistema, privatizado por Menem, fue bueno.

Cuando era chico, Aerolíneas Argentina era un orgullo nacional. Mal manejada en el Estado, se privatizó sin ningún control y fue para peor. Nuevamente Néstor, con intenciones demagógicas, la expropia a una empresa Española y vuelve a la esfera pública. Los privados no habían invertido un mango, no fue una medida loca reclamarla. Sí fue alocado que el Estado se haga cargo de la deuda cuando siquiera tenía en claro cuanto debía Aerolíneas.

Desde hace unos días, los medios estás nerviosos (Que te pasha…). Cristina anunció el envío al Congreso de un proyecto para reemplazar la Ley de Radiodifusión. Es indudable que la regulación de medios de comunicación en el país es obsoleta.

La ley que actualmente rige las comunicaciones fue decretada durante el Proceso de Reorganización Nacional y, por ejemplo, establece que las Fuerzas Armadas pueden revisar los contenidos de los medios. Suena a otros tiempos, lo que pasa es que es de otros tiempos. Es de 1980!!! Cuánto cambiaron las comunicaciones y las tecnologías desde ese año a la fecha: Televisión por Cable, el auge de las FM, Internet, Celulares, Triple play. ¿Cómo puede dudarse de la necesidad de una nueva ley?

Y el proyecto K, por su ensañamiento con Clarín, ilusiona con imposibilitar que se formen monopolios de medios. La empresa de la señora de Noble tiene más de 200 medios en la Argentina. Tienen la capacidad de crear candidatos, sacar presidentes y hasta de cambiarle el ánimo a la opinión pública.

Estoy de la misma forma convencido que lo mejor sería que la ley la debata el Congreso luego del 10 de diciembre, con los legisladores electos en junio. Pero si acaso la omnipotencia kirchnerista no lo permite, la nueva ley será mejor que lo que tenemos y en algún momento se irá y lo que quedará será una mejor legislación sobre los medios. Los militares se fueron hace más de 25 años y sin embargo su ley continúa vigente.

De ese legado hablo en la destrucción K.