miércoles, 25 de marzo de 2009

Aparecí mamá

Mamá, por qué te levantás a esta hora, quiero dormir.
Qué son esos gritos, por qué llorás.
Mamá adónde vamos, es hora de dormir.
Qué son esos golpes, me duele mami.

Mamá hace varios días que siempre estás llorando, me vas a hacer llorar a mí.

Mamá tengo hambre, sólo me estas alimentando con un poquito de pan, y está duro.

Mamá tengo frío, que es esa agua helada.
Esas vibraciones me duelen mucho, mami, pero más me duele escucharte sufrir.
¿Por qué te pegan mami?

Mamá, ponete contenta, mañana voy a salir, vamos a estar juntas.
También voy a conocer a papá, me da intriga como será.

Mamá, acá voy, es un ratito, espero no hacerte doler.
Acá estoy mami…

Pero…

Quienes son estos hombres…

Mamá, por qué te llevan.
No te vayas.
Mamá, no me dejes…
Mamá, mamá…
Mamá, no desaparescas...

Mamá, hasta ayer creí que mañana iba a cumplir 30 años.
Pero me enteré que ya los cumplí, hace un par de meses.

Mamá, hasta ayer creí que mi nombre era Daniela.
Pero me enteré que vos querías que me llame Anahí.

Mamá, hasta ayer creí que mi mamá era otra persona. Igual que mi papá.
Pero me enteré que vos y papá están desaparecidos.
Yo aparecí ayer.

lunes, 23 de marzo de 2009

Treinta y tres

Cuando en unas semanas se celebren las pascuas, se rendirá tributo a Jesucristo, que a sus 33 años cumplió su epopeya más recordada: morir y resucitar.

El mismo número de años, 33, cumple la fecha más triste, trágica y horrorosa de la Argentina: el golpe de estado de 1976, el último golpe militar.

Durante estos años que transcurrieron a la toma de poder de la Junta Militar, pasó de todo y la pregunta es: ¿aprendimos? ¿Cuánto?

Seguramente aprendimos mucho. Es dura la construcción democrática y por estos días, la maduración cívica nos pone de frente a un nuevo desafío.

Desde el voto no positivo de Cobos, el gobierno de Cristina está débil, aunque no haya pasado ni siquiera la mitad de su mandato. Y esa debilidad está instalada en los medios, en las charlas de café, en plenarios. Llegando hasta el extremo de estar instalada inclusive en el mismo gobierno.

“Andate Cristina”, dicen algunos carteles en cada protesta agraria. “Yo quiero que se vaya”, me dijo un familiar hace unos días.

Algunos referentes del periodismo aseguran que apenas perdida la batalla en el Congreso por la 125, Néstor le dijo a su mujer que “haga las hurras” y deje la Presidencia que el voto legítimo le legó.

Una democracia otorga derechos, pero también deberes. Eso es el civismo.

Creer que las cosas que están mal se solucionarán volteando a Cristina, es una locura. Tengo la certeza de que si eso pasa, lo que vendrá será peor y llevará mucho tiempo recomponer lo logrado hasta ahora por la joven democracia argentina.

Inclusive en un gobierno como el actual, que tiene una vocación antidemocrática impactante. Que cree que puede borrar con el codo cuanta ley se le ponga en el camino.

Inclusive aún, a ese gobierno con actitud antidemocrática hay que enfrentarlo con más civismo, cumpliendo los deberes cívicos, respetando las instituciones.

El año pasado, una inmensa mayoría descubrió que un senador y un diputado vota para aprobar o no leyes. De pronto supo la trascendencia que tiene una elección legislativa.

A su vez, muchos legisladores tuvieron que representar a sus pueblos, por más que eso los llevó a traicionar pactos políticos. Fue muy trascendente, los senadores del interior se vieron ante la encrucijada de defender los intereses de quienes los votaron o seguir el mandato partidario.

Hace unos días, también supimos que si el Congreso no está equilibrado, la mayoría puede decidir que se discuta o no una ley. Así fue el frustrado intento de llevar la discusión sobre las retenciones al parlamento, donde el oficialismo no permitió el quórum necesario para tratar el tema.

La democracia nos está poniendo a prueba, nos está dando pistas. Para crecer como ciudadanos debemos estar más informados, conocer más, estudiar y sobretodo respetar la ley.

Si hubiésemos estado más informados, seguramente el juego de las dos campanas que implementó el kirchnerismo en cada provincia, acompañando simultáneamente al oficialismo y a la oposición local, se podría haber evitado, descubriendo la real oposición. Sino que le pregunten qué sintieron los votantes de Lavagna cuando a menos de tres meses de la elección nacional de 2007 volvió a pactar con Kirchner.

Mañana es 24 de marzo. Hace 33 años, una junta militar volteaba al peor gobierno democrático, conformando el más horroroso gobierno de facto. El remedio fue mucho peor que la enfermedad. Hoy, la democracia argentina en crecimiento nos pide más participación, más información, más responsabilidad.

Esta nota no la podría haber escrito hace 33 años, por tres motivos: no había nacido, los blogs ni Internet existían y, principalmente, no se podía expresar libremente, no había democracia.
A 33 años del golpe más horroroso, cuidemos la democracia.

jueves, 12 de marzo de 2009

Ha muerto el 10


Es una especie en extinción que desde hace varios años se expresa en una actitud quijotesca de resistencia.

Sucede que el Positivismo ganó la batalla. Desde la revolución industrial para acá, lo bello perdió frente a lo obvio, lo concreto, lo real.

En medio de esta lucha, el hombre que recibió la camiseta de Zinedine Zidane en su último partido, y con ella, la obligación de continuar la lucha, se despidió del fútbol de selecciones.

Juan Román Riquelme ya no jugará para la selección. Su paso cansino que hastía a mucho y su toque mágico que enamora a los román…ticos no tendrán más lugar en la selección argentina.

Más allá de las responsabilidades, cómo pueden ser los caprichos de Román, la envidia o enfrentamientos con otros cracks y compañeros o la incontinencia verbal ante periodistas “amigos” de Maradona, lo cierto es que ya no habrá más enganche en la selección.

Ganó el positivismo, ganó la velocidad, vencieron el 4-4-2 y el 4-3-3. Perdió la pausa. El fútbol dejó de ser el de Alonso, Bochini, Platini, Maradona, Zidane, Zico, Socrates hace mucho tiempo y con Riquelme se va su último exponente. Se va ese momento de reflexión para preparar la puñalada final. Ya no estará. Será difícil volver a ver la locura de Zidane de picar la pelota en un penal… en la final de una copa del mundo. Será difícil ver una pelota en cortada entre los dos centrales. Perdimos, tendremos que contentarnos con sólo ganar.

Cruel casualidad, quizás los dos pies más exquisitos de nuestro fútbol luego de la era Maradona, tuvieron conflicto con la celeste y blanca. Por diferentes motivos, Fernando Redondo y Román no pudieron brillar como en sus clubes y decidieron renunciar a la selección en repetidas oportunidades. Claro está, los perjudicados fuimos aquellos que de los 22 jugadores esperamos algo más que ir para delante y “ganar como sea”.

Cruel paradoja, el día 10 de marzo, entre El 10 y el último 10, terminaron de sepultar al enganche, al 10.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Una vez fue grande


Esta nota está dirigida a niños de 8 a 10 años.

Estoy seguro que no entendiste por qué tu papá te hizo de River. Te arrepentís de no haber aceptado esa camiseta de Boca que tu tío te ofreció y hoy te gasta, se te ríe y nuevamente te invita a cambiarte de club.

Paso a explicarte.

River Plate una vez fue grande. Por eso tu papá sufre. Por eso tu papá no pudo festejar el campeonato que logró el equipo de Simeone y vos sí lo hiciste. Para él es muy difícil aceptar esta realidad. Vos creciste con ella, sufriendo a River. Él no. Por el contrario, casi siempre gozó, y mucho. Vos no sabés lo que le duele al hincha de River ver a su equipo jugar tan mal.

Ahora vos ves a tu tío, festejando los permanentes logros de Boca y no entendés por qué tu papá te privó de esas alegrías, “obligándote” a sumarte a la banda.

Lo que pasa, cómo te dije, River fue grande. Hace 10, 15 años atrás, todos los años River era campeón y, aunque no lo creas, casi todo el equipo de la selección argentina era surgido de sus inferiores o alguna vez había vestido la camiseta con la banda roja.

Sé que no me crees, pero es cierto. Como también lo es que durante mucho tiempo, las inferiores de River eran una cantera inigualable y en cada apertura del libro de pases, no era necesario penar por quién venía a calzarse la camiseta. Con lo que había sobraba para ganar, para jugar lindo a la pelota y para ser campeón.

Estoy seguro que te ilusionaste con Fabbiani. También se que tu papá lo intentó, pero no pudo. Te explico, tu papá tuvo de ídolos al Beto Alonso y al Enzo. Son esos que tienen la cara estampada en una bandera. Tu papá los vio, como también vio en River a Aimar, a Crespo, a Saviola, a Alzamendi, a Caniggia, a Funes, a Ortega cuando no bebía, al chileno Salas…

Por eso tu papá no puede mentirse e ilusionarse con Fabbiani. Tendría que ganar muchísimo para al menos, entrar en una lista como la anterior.

No se si después de leer esto, entenderás porque tu papá te hizo de River. Pero creeme, una vez fue grande.