miércoles, 29 de julio de 2009

EY HOMBRE, DESPIERTA (de Guilli, un amigo)

Por Guillermo Gribaudo

¿Te acordas de la Vida Privada? Era una manifestación real y tangible de nuestra inherente condición de seres libres, o condición que creímos inherente y nunca lo fue.

Así como los Estados juegan un juego macabro entre ellos, decidiendo “quien” puede jugarlo y quien no, también nos dejan jugar este juego de niños que se llama Democracia. En la democracia el “demos” somos nosotros. Somos los que jugamos todos los juegos que nos prestan desde el Estado, o los Estados. Jugamos a que subimos cosas a Internet, o nos llamamos por teléfono, o nos contamos cosas subiendo fotos y vivencias a cualquier red social.

Me produce mucha risa escuchar hablar sobre la “libertad” que implica la red de redes. La red de redes es ni más ni menos que un engranaje nacido bajo la urgencia de terminar con las libertades. Una maquina militar decidida a espiar a los soviéticos que por esas cosas de la vida, cuando se vieron caer por su propia inoperancia, paso a ser usada por la población civil. Y ya que estamos, si nadie puso el grito en el cielo, pensaron los Estados, empezando por el que creo esa red y es el mismo que nos vendió la globalización de la basura y la mediocridad en todas sus formas, espiemos por teléfono y por tarjetas de crédito y por donde se nos ocurra. Paranoia, dicen los ilusos que quieren tapar el sol con la mano. “A nadie le interesa lo que escribis por Internet, a no ser que seas un terrorista o un pedófilo”. Este es el ejemplo típico del que no quiere ver la realidad pasando frente a la ventana. Si “pueden” saber si sos pedófilo o terrorista, pueden saber que opinas del Estado o del precio del zapallito o de la vida intelectual de nuestro tiempo. Antes de la democracia, la gente también elegía entre dos reyes. Quieren al rey rubio o al rey morocho. La democracia es lo mismo: jugamos a elegir, pero tenemos que elegir entre los candidatos que nos presentan (la mentira de que cualquiera se puede presentar esta fundada en una falsa noción de la realidad: intenta pagar la luz o el cable en cualquier oficina esplendida de burocracia y sabrás entender a Kafka en minutos. Tenes que elegir uno, esa es tu libertad, lo mismo daría tirar una moneda). No podes NO elegir a ninguno, eso no cuenta, es un voto perdido. Estudiar los ciclos de la vida política de la Humanidad es un juego guiado también. Los guías han vendido que la Democracia es mejor que la dictadura o la monarquía o cualquier otro mecanismo que promueva seguridad a cambio de libertad. Te pagamos tantos impuestos, y nos provees la libertad, la libertad que creas merecemos: todos los sistemas se rigen igual. Son sistemas. Hay un libro grandote que se solía usar en otros tiempos, que se llama diccionario: buscad “sistema”.

Y así se democratiza el saber y la ignorancia. Todos creen formar parte de una red internacional, una especie de fraternidad de seres de todos los colores y credos, cuando en realidad son un gran catalogo de posibles espiados o tan solo clientes del supermercado de la información y del consumo.

El escritor ciberpunk Bruce Sterling que vio años antes, como suelen hacerlo los escritores iluminados, en donde terminaba esto, exclamo en la conferencia de tecnologia “Shout by Southwest” en Austin, que “el simbolo mas claro de la pobreza es la dependencia de conexiones”, y claro que no se refería sólo a la pobreza económica. Los pobres aman a sus celulares dijo el bueno de Sterling. Los aristócratas verdaderos atesoran el vinilo y los libros y el cine y las pinturas y las esculturas y los jardines y los paseos reales y los besos y los olores y el sexo con alguien. Esas cosas que no se pueden corromper ni enviar con un clic. Esa es la idea de Sterling. Coincido plenamente. Ojala pueda dinamitar un poco a través del mismo sistema al sistema. Lo llevo a la práctica desde antes del nacimiento de la red de redes para todo publico.

Quizás me exceda en mi aristocracia del buen gusto: no saco fotos, no comparto mis bitácoras personales con el mundo, dado que la bitácora es privada; no fotografío mi vida, la vivo. No me creo Faulkner, y para publicar tengo que “criticarme” antes; no es importante que me conozcan todos los seres humanos: es importante que los que me importan me lleguen y que les llegue a los que me importan.

Esta granada tirada dentro del Sistema de Control más perfecto que haya creado un estado jamás, quizás detone algo. Quizás alguna esquirla pegue cerca de un lector, y lo haga pensar sobre los dominios del hombre por el hombre. Seamos libres en serio: el conocimiento y la experiencia son los mejores caminos. Vinimos a este estofado para vivir de verdad y ser felices. Ojala podamos hacerlo. Termino este escrito y afuera hay nieve de la última nevada, mis dos perros (Janis y Dylan) juegan con leños que llevan y traen y mi gato (Homero) me ronronea al lado. En esta habitación hay temperatura y un solcito tibio. El olor de la comida que se esta haciendo llega hasta aquí (es carne “a la pobre” según los chilenos o “bife a la criolla” según los argentinos, definiciones que aprendí comiendo y andando por la realidad) y la música que llena el espacio y comprime el aire con su sonido sale de bafles reales y no de egoístas auriculares y fue grabada por músicos que muestran su alma a través de su arte. Los libros que anoche repase para un cuento que estoy escribiendo son reales y viejos (uno de Juan Rulfo y otro un manual de anarquistas españoles) y al tocarlos “siento” las manos de los que los tocaron antes. Mi mujer lee a Kerouac a mi lado y es real. La vida es real y esta llena de sensaciones reales. Enciendo mi cigarrillo de antes de comer, y decido terminar esta columna. Aquí la dejo: es vuestra.
LOTR

1 comentario:

  1. Fiel a tu estilo, trazás la línea del bien y el mal. Coincido que es una pelotudes creer que sos eso que podés inventar que sos, como también lo es deserdiciar un viaje buscando una foto para después compartirla en un cyber espacio. Pero, calma, más que más, este espacio también nos libera del costo papel para poder compartir opiniones, sentimientos.
    Más que nos pese, nos cambió la vida, como lo hizo el telégrafo, el teléfono, la radio, la tele... Un cambio puede ser positivo, negativo o capaz que un poco de los dos. Lo innegable es que pasó y pasa.
    "Sistema" suena demasiado positivista. Lo hacen hombras, algunos malvados y, otros, simplemente cobardes, conservadores que se aferran a retener lo poco que tienen. Lo mismo pasa acá, si creo que mi vida es esto, o relatar mi vida desde Twitter, dejé pasar la vida en el afán de contarla. No es el sistema, es lo que dice tu título, "ey, despertá".
    Otra cosa es que tomarlo como un medio más para relacionarte con el mundo, más económico por ejemplo. Sí, capaz te controlan... Y? por lo que hay que esconder! Vos lo dijiste, los rusos cayeron solos, no por mensajes desencriptados.
    Total, lo dijo un gran filósofo de nuestro bar adolescente: "Sos tan pobre, que lo único que tenés es plata". Dejemos a ellos que sigan controlando. "Al dón pirulero, cada cual atiende su juego" esa es la libertad.

    ResponderBorrar