martes, 27 de julio de 2010

Si quisiéramos ser campeones en Brasil 2014

Si quisiéramos ser campeones en Brasil 2014, luego del baile que nos dio Alemania hubiéramos reflexionado y elaborado una autocrítica.

Si quisiéramos levantar la Copa en el próximo mundial, nos preguntaríamos porqué en varias de las líneas de la selección (Defensa y Mediocampo) la Argentina no cuenta con jugadores de elite, sino con buenos acompañantes de reparto. Con ellos, los cuartos de final están asegurados… y basta.

Si quisiéramos volver a ser campeones del mundo, nos pondríamos a pensar un plan, un proyecto y la preocupación no sería quién va a dirigir los partidos amistosos con Irlanda y España. De esos amistosos nos cansamos de ganar, pero por los puntos desde el 2005 no superamos a ninguna selección de elite (la última vez fue en el Monumental, 3 a 1 a Brasil).

Pensemos que campeón es uno solo, es muy difícil. Entonces, si quisiéramos al menos volver al grupo de selecciones de primer nivel (Brasil, Alemania e Italia, por historia y actualidad), deberíamos repensar muchas cosas. Sólo por repasar algunas:

Desde hace 14 años, el país no saca un marcador lateral derecho de real jerarquía internacional. Los últimos fueron Zanetti e Ibarra. Eso significa que tenés un problema en la formación de jugadores. Pero cabe incluso una pregunta anterior: ¿Qué jugadores, con qué estilo de juego, le interesa formar a la Argentina?

Es muy loco pensar en una política de juego y formación de jugadores de fútbol. Definir un estilo de juego para los próximos 12 años de las selecciones argentinas de todos los niveles y que la formación sea una tarea comprometida y solidaria con el plan, desde los infantiles de los clubes.

¿Ese plan, desde donde debe surgir? Sin dudas, desde la autoridad máxima del deporte nacional, para abajo. El técnico, en esto, es un fusible, muy importante, pero no más que eso.

Si quisiéramos volver a ocupar un lugar entre las selecciones de elite, si quisiéramos salir campeones en Brasil 2014, el Fútbol Argentino estaría ocupándose en definir un proyecto, una política deportiva y de juego, de largo, larguísimo plazo pero de implementación inmediata.

Pero esa no es la preocupación. Julio Grondona no tiene el menor interés en liderar un proceso que culmine en la definición de un proyecto. A él, le interesa elegir la próxima cabeza que rodará por su política de la No política y Viva la improvisación.

Sin proyecto, la Argentina no ganará la próxima copa del mundo, ni la siguiente, ni la siguiente. Sin proyecto, la Argentina quedará cada vez más lejos de la elite de fútbol mundial.

1 comentario:

  1. tengo el once para brasil:
    arlt
    macedonio marechal cortazar saer
    soriano borges cortazar fogwill
    sabato piglia
    este equipo vuela, y te garantiza dos cosas: los ignorantes lo despreciaran,por lo cual te libras de ellos; y punto dos, cuando declaren dejaran fuera de la teleaudiencia a la gente que aun no sabe que existe el generico, y le dice ellos y ellas a todo/a y de paso llama "persona con capacidad de oido diferente" a un sordo.
    no es buena idea??? rockandroll,cognos, y elixires q nos despeguen de la mediocridad.
    saludos y saludas- vos tambien lo hiciste.

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